martes, 29 de noviembre de 2016

28.11.16

GRACIAS CUBA, GRACIAS FIDEL.


por Abdalahi Salama Machnan

Un día de Julio de 1987 a eso de las once de la mañana, mi vuelo de cubana de aviación acababa de pisar el asfalto de las pistas del aeropuerto internacional de la Habana “José Martí”. A bordo veníamos un grupo de alrededor de doscientos y treinta niños saharauis; nuestras edades en aquel entonces oscilaban entre los diez y trece años respectivamente. De repente una voz sale de la megafonía del avión con acento marcadamente cubano anunciando el aterrizaje: Pequeños pasajeros, bienvenidos al aeropuerto Internacional de la Habana “José Martí”- Por favor, permanezcan sentados, y con el cinturón de seguridad abrochado hasta que el avión haya parado completamente los motores y la señal luminosa de cinturones se apague. Se abrieron las puertas y acoplaron las escaleras para descender, bajábamos aturdidos y desorientados; habían sido catorce horas de vuelo desde Argel hasta la Habana. Al descender una suave brisa de aire fresco nos acarició la cara, un clima plácido, y un grupo de monitores cubanos de comitiva dándonos una calurosa bienvenida: Vamos chamacos por aquí, trato efusivo y cariñoso. Nos pasaron al protocolo para el chequeo médico, después una relajante ducha y al comedor a reponer fuerzas, nos pusimos las botas con aquel inolvidable y rico menú: Arroz blanco, frijoles negros, fricase de carne y de postre arroz dulce con leche.

Al día siguiente nos repatriaron con destino a la Isla de la Juventud, antigua isla de los pinos. Allí comenzaría la historia individual y colectiva de cada uno de aquellos niños, nuestras vidas acababan de dar un giro Copérnico de 180 grados; sí hacía 72 horas que estábamos descalzos pateando pelotas en las áridas tierras del desierto. Ahora estábamos en un oasis del caribe, un idioma diferente, una cultura distinta, a partir de entonces nuestro cronómetro biológico, mental y social puso sus dígitos en cero. Comienza una nueva etapa: Estudiar, Aprender, Ver, Errar, Tropezar, Levantar, Caer, Crecer, Reír, Llorar. Esa es la auténtica escuela cubana, la que amolde y enseña al niño ser alegre, al hombre ser libre, les da alas e imaginación para que nadie lo embauque, para que nadie lo engañe. Como testimonio para la historia- jamás los cubanos nos adoctrinaron a ser comunistas o ser de izquierdas o de derechas-. Nos inculcaron valores de suprema belleza, a amar la dignidad y a respetar al prójimo.

A título personal no tengo palabras para agradecer a Cuba todo lo que ha hecho por mí y por mi pueblo. Sólo podré decir: Gracias Cuba por todas las veces que me han soportado cuando estaba cayendo. Por todas las veces que me diste educación, formación, atención sanitaria, seguridad y la alegría de vivir. Por el apoyo incondicional cuando lo tenía todo en contra. Por soportar mis travesuras de muchacho inquieto. Por hacerme sentir como un cubano más entre vosotros. Por todas las veces que les hice sentir orgullosos, y por todas aquellas que os he defraudado. Por todas las veces que me han hablado con el corazón abierto diciéndome: estudia, aprenda, goza, baila, y sobre todo abre bien los ojos y pisa suelo. Por cómo me he hecho crecer. Por los valores que me han transmitido. Por los grandes gestos de afecto y amor que me han dado desde la Isla de la Juventud hasta la ciudad de los tinajones “Camagüey”. Por los inolvidables momentos que me han hecho reír tanto. Por darme la oportunidad de conocer y deleitar de los buenos soneros y boleros cubanos.

Este viernes 25 de Noviembre, por esas siniestras casualidades que depara el azar, en todo occidente y más allá del charco nos han colapsado la mente en todos los medios de comunicación hablando solo sobre el “BLACK FRIDAY”; un método más del capitalismo bestial para inducir al furor consumista. Las paradojas de la vida, miren por dónde que terminó por ser un “VIERNES NEGRO”. Evidentemente por un motivo más trascendental: Ha fallecido Fidel Castro Ruz, uno de los grandes iconos del siglo. El revolucionario visionario y estadista nos deja, se ha ganado un lugar respetado en la historia de la humanidad. Fidel encarnaba como nadie una infrecuente condición de puente entre la dignidad y la justicia, porque supo defender a todos los desprotegidos allá donde se encuentren, transmitía sublime emociones con un lenguaje al alcance de cualquier alma con sensibilidad. Testigo de ello su discurso en la Séptima cumbre de los No alineados en nueva Delhi en marzo del año 1983, defendiendo la justa causa del pueblo Saharaui. Se va Fidel por la puerta grande, dejando atrás un gran legado:

- Cuba tiene una tasa de mortalidad del 4%.
- Cuba tiene el mayor índice per cápita de médicos del mundo (1 médico por cada 130 habitantes)
- Cuba es la única nación latinoamericana sin desnutrición infantil
- Cuba tiene un nivel de escolarización del 100%.
- Cuba es el único país del mundo que cumple la sostenibilidad ecológica.
- Cuba es el único país que ha erradicado la transmisión madre- hijo del VIH

Fidel desafió en vida a once administraciones americanas, y a más de 600 de intentos de asesinatos. Se va un talón de acero, y entra un alocado Trump por debajo de los muros que quiere levantar. El mundo adquiere tintes preocupantes, Europa deshaciéndose por todas partes. Vuelve el miedo y, con él, vuelven los discursos que blindan fronteras, recortan derechos y asedian a los refugiados, como si el retorno a la caverna los salvara de los peligros de la selva. Realmente vivimos malos para la lirica. El mundo pierde a un sabio, venerado por millones. Incomprendido por otros.

Gracias Cuba, gracias eterno comandante Fidel Castro Ruz, os lo agradezco mucho. Os estoy agradecido porque más allá de mis defectos, si soy lo que soy, es merito vuestro. Gracias por todo. Y espero que mi presidente no me decepcione y que asista al merecido homenaje de despedida. Hasta siempre comandante y que repose en eterna paz y sosiego.

Hasta la victoria siempre Comandante Fidel Castro Ruz.

ABDALAHI SALAMA MACHNAN, BARCELONA.
28.11.16
sah_camaguey99@hotmail.com

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