viernes, 1 de noviembre de 2013

Cuba y Sahara: la solidaridad entre pueblos en resistencia es invisible para los medios

En los campamentos de refugiados, hay miles de saharauis formados en Cuba, los llamados “cubarahuis”, quienes hoy constituyen una enorme fuerza intelectual

Basado en un texto de Iroel Sánchez - Blog “La pupila insomne” (Cuba).- 10 años cumple FiSahara, el Festival de Cine del Sahara, que cada año se celebra en los campamentos de refugiados saharauis de Dajla, Argelia.
Allí, en los campamentos de refugiados, hay miles de saharauis formados en Cuba, los llamados “cubarahuis”, quienes hoy constituyen una enorme fuerza intelectual, profesional y también dirigente. Y que son prueba de la necesidad y la validez de la solidaridad entre los pueblos en resistencia. Aunque esta no sea noticia en los medios internacionales.

Cubarahuis: la solidaridad entre pueblos en resistencia es invisible para los medios
Cubainformación TV – Basado en un texto de Iroel Sánchez - Blog “La pupila insomne” (Cuba).- 10 años cumple FiSahara, el Festival de Cine del Sahara, que cada año se celebra en los campamentos de refugiados saharauis de Dajla, Argelia.
Dajla, con 32.000 habitantes, surgió hace 40 años, en pleno desierto argelino, tras la invasión del Sahara Occidental por parte de Marruecos. España, como hiciera con Cuba en 1898 al entregarla a EEUU, en 1975 abandonó el territorio del Sahara Occidental, cediéndolo a Marruecos. Desde entonces y hasta 1991, el pueblo saharaui practicó la lucha armada contra la ocupación marroquí. Y desde ese año, espera que se cumpla la promesa de un referéndum de autodeterminación con respaldo de Naciones Unidas.
La resistencia saharaui tiene en este Festival de Cine una oportunidad de mostrar su causa a invitados e invitadas de todo el mundo. También de denunciar la sistemática violación de derechos humanos en el Sahara ocupado, que los medios internacionales apenas mencionan.
Para estos medios tampoco es relevante la existencia de un muro de 2700 kilómetros, el Muro de la Vergüenza, construido por el régimen marroquí con ayuda de Israel y Arabia Saudita. Un muro cuyo mantenimiento cuesta, cada día, un millón y medio de dólares: un insulto no solo a la población saharaui, sino también a la población marroquí que sufre pobreza extrema.
Allí, en los campamentos de refugiados, hay miles de saharauis formados en Cuba, los llamados “cubarahuis”, quienes hoy constituyen una enorme fuerza intelectual, profesional y también dirigente. Y que son prueba de la necesidad y la validez de la solidaridad entre los pueblos en resistencia. Aunque esta no sea noticia en los medios internacionales.
Texto original

Los cubanahuis
Iroel Sánchez - Blog “La pupila insomne” (Cuba).- Desde hace diez años se realiza en los campamentos de refugiados saharauis el FiSahara, un Festival de Cine surgido por iniciativa del cineasta peruano Javier Corcuera.
Dajla, la sede del Festival, es una wilaya de 32 000 habitantes, que hace 40 años surgió del lado argelino cuando Marruecos arrebató a los saharauis su territorio. Las jaimas de las familias saharauis alojan durante el Festival a los invitados, por la noche se proyectan al aire libre las películas participantes y en el día se realizan talleres donde participa la población y especialmente los niños. Los saharauis comparten con los invitados lo muy poco que tienen, aquí donde desde el agua hasta la electricidad son escasas.
España, como hizo con Cuba en 1898 al entregarla a Estados Unidos, cedió en 1975 el territorio del Sahara Occidental a Marruecos. Desde entonces y hasta 1991 hubo una guerra que cesó al aceptarse un referéndum a realizar por la ONU, aún pendiente.
Los habitantes de Dajla, que sobreviven fundamentalmente con lo que les envía el programa de refugiados de la ONU, ven en el Festival una oportunidad para que su causa sea divulgada. Del lado de allá de un muro de 2700 kilómetros, construido por Marruecos, sus familiares sufren constantes violaciones de derechos humanos en el Sahara ocupado. El muro, construido con tecnología y asesoramiento israelí, cuesta un millón y medio de dólares cada día mientras el pueblo marroquí permanece en la miseria.
En la sala de prensa, donde acceder a Internet es casi una quimera, Liasda Lebsir me escucha hablar y me pregunta si soy cubano. Él dirige la escuela de arte saharaui en Bojador, estudió en Cuba y me dice que nadie los ha ayudado tanto como mis compatriotas. Su primera pregunta es cómo va la lucha por el regreso de Los Cinco cubanos condenados injustamente en Estados Unidos y me cuenta de un reportaje que vio sobre el tema en una televisora del Líbano. Liada no es el único cubanahui –así llaman a los miles de saharauis formados en Cuba- que me encuentro en mi primera mañana en Dajla, otro reconoce mi acento y me dice estudió en la Isla desde los catorce años, también un niño me habla de su hermano que cursa una carrera universitaria en La Habana.
Hasta en este lugar olvidado por la mano de Dios no es difícil comprobar que lo que en Miami llaman el “largo brazo del castrismo”, como los médicos cubanos que durante muchos años han servido en los campamentos saharauis, hace honor a la frase bíblica: Por sus hechos los conoceréis.

Cubainformación:

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