Hasta las polvorientas llanuras de Tindouf, donde se asienta el Gobierno saharaui en el exilio, llegó el mensaje solidario de Cuba con la causa de ese pueblo, ansioso por alcanzar su libertad, menoscabada por el régimen de Marruecos, con la complacencia de potencias occidentales.
Una delegación cultural cubana que de visita en la zona de Rabuni, en un arenoso territorio cedido por Argelia, transmitió a los gobernantes de la República Árabe Saharaui Democrática el saludo reiterado de la mayor de las Antillas.
Los enviados cubanos, quienes deleitaron con su arte a los refugiados saharauis, reafirmaron allí el apoyo de los habitantes del archipiélago caribeño a un pueblo que acaba de sufrir una expresión renovada de la represión del régimen de Rabat.
En noviembre último, el parlamento cubano condenó el ataque de las fuerzas militares marroquíes contra el campamento de saharauis denominado Gdeim Izik, en las cercanías de El Aaiún, capital del Sahara Occidental ocupado.
No era la primera vez que acciones de ese corte violento se cometen contra un pueblo oprimido que aún aguarda por una solución a su justas demandas de independencia.
La ONU, indiferente ante el ataque contra el campamento de Gdeim Izik, había enviado en septiembre de mil 991 una misión para organizar un referéndum en el Sáhara Occidental sobre la base de la legalidad internacional.
Pero hasta el momento la ONU ha admitido las dilaciones de Marruecos e incluso el ensanchamiento de la ocupación y el incremento represivo.
Cuba, entretanto, prosigue sus planes de ayuda a la población autóctona de aquellos territorios desérticos, aún en medio de acentuadas limitaciones de recursos.
Alumnos de ese Estado africano, reconocido por la Unión Africana y por más de 80 países, han cursado estudios en la nación caribeña en diversos niveles de enseñanza.
Durante 35 años de estoica resistencia contra el colonialismo marroquí, abastecido de armas por Estados Unidos y Francia, se han formado en Cuba centenares de jóvenes saharauis como maestros, médicos y en otras profesiones.
Los saharauis que reciben la hospitalidad aquí afirman que su misión es estudiar y prepararse con toda seriedad en diversas especialidades para servir a su tierra.
Con gratitud se refieren al ejemplo de las brigadas de trabajadores cubanos de la Medicina que atendieron a enfermos saharauis llegados a Tindouf, o en las zonas liberadas, como parte de los acuerdos bilaterales entre los dos Estados.
Precisamente, hace treinta años Cuba reconoció a la República Árabe Saharaui Democrática y estableció relaciones diplomáticas con ese Estado, de las que se enorgullecen ambos pueblos.
Mientras naciones las industrializadas coquetean con Marruecos, otros países como Cuba y Argelia redoblan su apoyo a la lucha del pueblo saharaui por poner fin a la ocupación marroquí.
Por Roberto Morejón
No hay comentarios:
Publicar un comentario