jueves, 30 de octubre de 2008

El nuevo Embajador cubano presenta su carta de acreditación al Presidente de la República






El nuevo Embajador cubano, Eumelio Caballo Rodriguez, presentó sus cartas credenciales al Presidente de la República Saharaui, Mohamed Abdelaziz, como un Embajador extraordinario y plenipotenciario de Cuba a la República Saharaui.



”Esto es una ocasión histórica para mí y mi esposa para transmitir los saludos de Presidente, Raúl Castro, a su homologo Saharaui, Mohamed Abdelaziz, y darle mi carta de acreditación como un Embajador extraordinario y plenipotenciario de Cuba en la República Saharaui ", declaró Sr. Rodríguez a SPS.



“Hablé con el Presidente Saharaui, las relaciones históricas, así como los lazos de amistad y cooperación que ata los dos pueblos, el cubano y el Saharauis, y los modos de reforzarlos ", añadió él Sr. Embajador a la Agencia de Prensa Saharaui. (SPS)

Estudiantes extranjeros sumados a la recuperación en Guantánamo


Guantánamo, (Redacción Digital Venceremos) Con un trabajo voluntario productivo en la granja de cultivos varios de Santa María, en esta ciudad, estudiantes extranjeros de la Facultad de Ciencias Médicas de Guantánamo se sumaron a las tareas de recuperación de las afectaciones del huracán Ike.


El abanderamiento de la brigada de solidaridad de los becarios de Nicaragua, Colombia, Paraguay, República Arabe Saharaui Democrática y Honduras que cooperan en la producción de alimentos, se realizó como parte de la jornada en pleno huerto.


Evelinton Altamar, estudiante de Colombia, recibió la enseña nacional cubana en representación de sus compañeros, de manos de Eneida Leyva, delegada del Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos (ICAP) en la provincia.


Otro educando, Cristian González, de Paraguay, agradeció a nombre de la junta de naciones en el alto centro docente, la posibilidad de colaborar con los guantanameros para hacer un mundo más unido y solidario, y reconoció el magisterio humanista cubano de internacionalismo.


El reconocimiento a los jóvenes extranjeros fue expuesto por Yocleidis Ramírez, miembro del Buró provincial de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC) , quien aludió a la movilización de cientos de otros estudiantes guantanameros de Ciencias Médicas a la recogida de café, en pico de maduración.


En el trabajo voluntario y el abanderamiento de la brigada de solidaridad participó también Darío Persello, de la Asociación de Amistad Italia-Cuba, representando al círculo Misael Fernández de la región Friuli-Venecia-Giulia, hermanada con Guantánamo desde 1997.


Cientos de estudiantes de una decena de países de América Latina, el Caribe y Africa se forman, junto a los cubanos, como médicos, estomátólogos y tecnólogos de la salud en la Facultad de Ciencias Médicas de Guantánamo

martes, 28 de octubre de 2008

Los huracanes y la radiografía de una nación

Cuba Libre, Digna y Solidaria

....El huracán, si de algo ha servido, es para hacernos una radiografía, que va de lo colectivo a lo individual; para poner al desnudo las partes sanas de nuestra sociedad, y las podridas. ¿Cuán cínico puede ser el argumento de un individuo que engaña o extorsiona a una anciana, o a un simple compatriota tan o más afectado que él, para obtener unos pesos extras en la venta de productos de primera necesidad? El vendedor que esconde su producto para no bajar el precio o el responsable de la distribución de algún bien que intente acaparar para su beneficio una parte de lo que distribuye sin corresponderle, asumen una inexcusable actitud de clase: la de aquella que fue derrotada hace 50 años. Y qué reconfortante es saber que hay personas que devuelven de forma espontánea colchones o tejas que recibieron en demasía, aunque no les venga mal tenerlos, porque saben que otros más necesitados esperan por ellos. Los que no nos quieren, tratan de incentivar el egoísmo y de negar toda conducta solidaria. ¿Acaso no son cubanos esos que, aun con sus casas destruidas, siguieron movilizados para socorrer a otros?

Por eso la escuela que alberga en la Isla de la Juventud a los estudiantes saharauis es un extraño símbolo, que los egoístas quisieran extirpar: allí están, pese a todo, esos muchachos norafricanos —el huracán se llevó algunos ventanales, pero las clases no se han detenido—, con su pequeña mezquita, y sus alfombras en las habitaciones para orar; y allí están también los maestros cubanos que cumplen una «misión interna», como le llaman, porque casi todos provienen de provincias lejanas y están allí por dos años, después —o quizá antes— de cumplir alguna «misión externa», en Venezuela o en Bolivia. Y ya llegará el día en que desaparezca de la tierra ese extraño concepto de lo interno y lo externo, porque los seres humanos habitamos un mismo planeta.
Por eso, también en algunos poblados momentáneamente sin electricidad, el médico de la familia es boliviano o ecuatoriano, hombres y mujeres que estudiaron la carrera en Cuba. Por eso, en los días en que visitaba la Isla de la Juventud, llegaban 15 nuevos médicos habaneros, recién graduados, para cumplir allí el servicio social. Por eso, también, en las salas de los cines del país hay colas para ver una inusual película de guerra (*): no la tradicional historia de Rambo, el imperialista «bueno», sino la de nuestro pueblo mestizo, que peleó contra el imperialismo en África. En Angola se combatió también, por otras vías, contra el egoísmo, contra el individualismo, contra la desesperanza que siembran los que no quieren un mundo solidario.....
Enrique Ubieta Gómez Juventud Rebelde

http://www.juventudrebelde.cu/opinion/2008-10-21/los-huracanes-y-la-radiografia-de-una-nacion/

Smara, azotada por las lluvias

Los saharauis son reticentes a construir buenas casas porque confían en regresar a su tierra




Nafi, Bachiri y Salamu visitaron por primera vez la nueva casa de su hermano. Foto: R.F.

ROSA FERRIOL. ENVIADA ESPECIAL A TINDOUF Los campamentos de refugiados son la cuna de la hospitalidad. Su situación es crítica y aunque suceda una catástrofe natural, el pueblo saharaui es solidario por naturaleza. "Un saharaui no pasará nunca hambre si su vecino está comiendo. Esto les hace grandes", así lo refleja Salamu Brahim, un joven de 18 años que junto a su hermano mellizo, Nafi, hace ocho años que estudia en Mallorca. Fueron los pioneros del programa Escola en Pau, que posibilita que los niños puedan cursar sus estudios en la isla y en verano regresar a los campamentos para visitar a sus familias. Salamu y Nafi ya no están en el programa. Estudian en la UIB, uno Filología Hispánica y otro Derecho.

Después de un año y medio, estos días han regresado a ver a su familia en Smara. Han llegado dos semanas después de que el campamento fuera azotado por un temporal de intensa lluvia y fuerte viento que dejó en peores condiciones a los casi setenta mil habitantes de esta wilaya (campamento). De hecho, un total de 1.424 familias lo perdieron todo: casas, jaimas y las pocas reservas de alimentos. Además, las lluvias afectaron a las escuelas.

Cuando los mellizos llegaron a su daira (barrio), la jaima de su abuela no estaba. Se la había llevado el viento. Su tío, Hazman Abdahae, es ingeniero hidráulico y relató que fueron dos horas y media de intensa lluvia y fuerte viento. "Llegó de repente y lo destruyó todo". Por instinto, Hazman, igual que el resto de refugiados, cogieron a su familia y se fueron a las colinas. Debían salvar su vida. "Quedarse en las casas es peligroso", contó Nafi mientras visitaba por primera vez la nueva casa de su hermano Bachiri, que se casó en enero. Se perdieron la boda porque se enfrentaban a la selectividad. "Tener el bachillerato es muy importante para los saharauis", explicaron. En el barrio de Bachiri, cuando hay tormenta, los vecinos se refugian en un camión. Nafi recorría la nueva construcción sin perder detalle. Ahora ya está arreglada, pero aún se notan los desperfectos. El techo voló, la piedra que sujetaba la uralita aterrizó encima de la parabólica y la lluvia azotó de tal manera de las paredes que debido al impacto aún caen pedazos. No todas las casas y jaimas corrieron la misma suerte. Muchas viviendas estaban literalmente destruidas y en ocasiones se apreciaba el espacio que hace dos semanas ocupaba una jaima que salió volando con el viento. Las ayudas internacionales por las inundaciones pueden tardar un año en llegar, explicó Hazman.


Subsistir con lo mínimo


"Llevan 33 años en los campamentos y saben subsistir con lo mínimo", desveló Salamu, quien aseguró que las ayudas más elementales llegan de inmediato de la mano del Ejército argelino. A pesar de la catástrofe, los saharauis tienen una sonrisa permanente en su cara. Salamu y Nafi han visto una cosa que jamás se imaginaban en el desierto del Sáhara: a consecuencia de las lluvias, crecieron plantas en la arena. No se lo creían y le bromeaban a su hermano que tenía una casa con jardín. Bulahe es periodista, estudió en Cuba, como Hazman, y trabaja en la radio nacional en Rabuni. Explicó que las casas no resisten ni al viento ni a la lluvia porque "no están bien hechas". "No podemos gastarnos un dineral construyendo una buena vivienda porque no sabemos si viviremos aquí. Debemos esperar si conseguimos la independencia y poder volver a nuestra tierra", sentenció. De momento, llevan 33 años como refugiados.

Nafi y Salamu han aprovechado el viaje de la delegación balear para visitar a su familia junto a su madre mallorquina, la presidenta de la asociación Escola en Pau, Carme Barceló, quien decidió emprender el programa para que los niños estudiasen en la isla después de tener a Nafi un verano y percatarse que era un chico muy inteligente. Al año siguiente, los mellizos ya estaban escolarizados en Palma. Dos años después, en 2002, nació la organización, que actualmente tiene a 33 niños y jóvenes de 12 a 20 años formándose en las islas.

sábado, 25 de octubre de 2008

Generación de la Amistad

Bahia

Ebnu

Ali Salem

Limam, Sleiha, Abnu, Cheij

Mohamed ali, Zahara, Ali Salem, Bahia


Limam.


El barco y la camarera


Éramos cerca de quinientos niños y estábamos al norte de Tinduf, los maestros nos iban contando por nivel y edad, luego a cada uno le daban un bocadillo de pan con atún y queso y lo subían al autobús. Ese día empezábamos un largo viaje desde el sur oeste de Argelia hasta la ciudad portuaria de Oran.

Recorríamos a toda velocidad el desierto, era el mes de octubre. Estábamos sumidos en un otoño caliente. Todos nos mirábamos las caras en medio del silencio, mi compañero y yo sentíamos una enorme tristeza, apenas teníamos cumplidos los doce años y en medio de la incertidumbre estábamos totalmente confundidos. Recuerdo nos hablaban de una isla lejana al otro lado del Atlántico, los maestros se esforzaban mucho en explicar donde estaba aquel lejano lugar pero nosotros solo conocíamos el Sahara y los campamentos, jamás habíamos visto ni oído que en América pueda existir una lugar llamado Cuba.

Empezó a oscurecer y el autobús seguía a toda velocidad dirigiéndose hacia el mar Mediterráneo. En ese momento veíamos que cada vez que pasaban las horas la posibilidad de volver a ver a nuestras familias se alejaba mucho más y todo nos parecía demasiado raro, porque no lográbamos entender como podíamos alcanzar un lugar tan lejano a nuestro entorno cultural y geográfico.

Después de un largo viaje llegamos una mañana soleada y caliente al puerto de Oran. El Mediterráneo estaba tranquilo, apenas se sentía el ruido de las olas, bajamos de los autobuses e inmediatamente empezaron a repartir bocadillos y agua. Luego nos mandaron hacer una cola interminable, cada uno con sus pertinencias y empezaron a llamarnos por nuestros nombres y así comenzamos a subir en aquel enorme barco ruso. Cuando me tocó a mi subir empecé de repente a llorar y los maestros me decían “¿por qué lloras?, si vas a ir a un lugar muy bonito, donde vas a aprender muchas cosas, mira los demás como juegan y están alegres; no llores, si sigues llorando tus amigos serán mejores que tú”.

Subimos a aquel barco, mi amigo y yo, entre lágrimas y suspiros. Cuando estábamos arriba se me acercó de repente un mujer rubia, alta y de ojos azules y me dijo “ven, esta será tu habitación, tú amigo dormirá en la parte de arriba de la litera y tu dormirás abajo”. Después aquella mujer me llevó por todo el barco me enseñó la piscina, un pequeño campo de fútbol, el comedor y al final fuimos a la sala de cine. Era enorme, recuerdo que podían caber más de doscientas personas. Luego volví con aquella mujer a mi habitación, cogió toda mi ropa sucia y se la llevó con ella a la lavandería.

Al final me quedé en medio de la habitación con mi amigo. Empezamos los dos a dibujar y cada uno intentó dibujar un enorme camello que creíamos poder cruzar con él el océano, luego cogíamos las sabanas y de cada sabana hacíamos un turbante enorme y lo colocábamos encima de la cabeza y empezábamos a hablar en voz alta, cada uno intentaba interpretar un papel de un película de dibujos animados que habíamos visto en el 9 de junio.

A la una de la tarde entró la mujer y me saludó, luego cogió mi mano y me llevó al comedor y me dijo, “Yo me llamo Tatiana soy de la ciudad de Leningrado y quiero a partir de ahora que aprendas bien mi nombre”. Ella hablaba árabe con acento sirio y entendía alguna palabra en castellano. Me enseñó a coger bien el tenedor, la cuchara, el cuchillo y a comer despacio, sin prisa. Quería que comiera mucha fruta y verdura, siempre me sacaba un mapa que tenía guardado y me enseñaba su ciudad. Hablaba mucho del frío de la nieve pero yo no entendía nada. Una noche me cogió de la mano y me llevó hasta el final del barco, allí bajo la luna llena me enseñó como nadaban los delfines persiguiendo la estela del barco. Recuerdo que me dijo “el mar es como el desierto todo es monótono e igual, lo único que rompe su uniformidad es el salto de los delfines en el agua, como los lagartos del desierto cuando entran y salen de su escondite”.

Catorce días, uno detrás de otro, duró la travesía en medio del inmenso océano y Tatiana siempre estaba preocupada por mi ropa, comida y ducha. Me traía juguetes y procuraba que yo jugara con los demás niños y cuando le preguntaba sobre el Sahara miraba hacia atrás y con su dedo índice me indicaba que al final de aquel enorme charco de agua podría quizás encontrar mi país y mi familia.

Cuando vimos las luces del puerto de La Habana era de noche y el barco estaba llegando. Tatiana me arregló la maleta, me escogió la ropa que tenía que ponerme y empezó a peinarme el pelo hacia atrás. Luego me acompañó hasta la escalerilla del barco y me regaló su foto en blanco y negro con su nombre escrito en español. Las lágrimas se caían de sus ojos azules entre abrazos y sollozos. Yo también lloré por Tatiana, por mi familia, por el barco y los delfines.


Ali Salem Iselmu


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1978




La tarde del 24 de Septiembre de 1978 llegaba al aeropuerto José Martí de Rancho Boyeros, procedente de Argelia, un vuelo charter de Cubana de Aviación, después de un largo viaje que comenzaba en Mishría, pasaba por Orán, continuaba hasta Gander, luego La Haban, y terminaba en un pequeño pueblo de la provincia de La Habana, llamado Santa Catalina de Güines (Catalina).

Salimos de noche del internado del Mishría, en Argelia, y llegamos de noche al internado Raúl Podio García de Catalina, en Cuba.

Más de cien jóvenes y niños saharauis llegaban al nuevo mundo para estudiar, “Buscad el conocimiento, aunque sea en China” dicen que dijo el profeta. Cuba era la única opción, no había otra posibilidad y menos mal porque Cuba terminó siendo la mejor apuesta para la enseñanza y la educación de cientos de saharauis.

El año 1978 El Ejército Popular de Saguia El Hamra y Río de Oro continuaba con grandes victorias la ofensiva “Mártir Eluali” contra los ejércitos invasores de Marruecos y Mauritania. Fue el año del golpe de estado que derrocaba a Mojtar uld Dadah, el año del intento de asesinato de Antonio Cubillo, el año de la Constitución Española y la confirmación de que los gobernantes españoles les importaba bien poco el destino del pueblo saharaui. Fue el año del Mundial de Fútbol en Argentina. El año del nacimiento del primer bebé probeta, el de los acuerdos de Camp David, el de Juan Pablo II, el año de la independencia de Las Islas Salmón, Tuvalu y Dominica. El año del Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes en La Habana. Fue también el año de la muerte de Blas de Otero y la muerte del gran amigo del pueblo saharaui Hauari Bumediene.

Se cumplen treinta años de un viaje a lo desconocido. ¿Cuba? Eran tiempos duramente bellos, una mezcla de nostalgias y esperanzas, de despedidas y encuentros. Eran tiempos de crecer con mucha prisa, de estar preparado para, en cualquier momento, emprender otro viaje o para tragar saliva y esperar por los desconocidos designios del tiempo.

Aquellos primeros días los recuerdo con esa sensación triste y amarga. De estar perplejo ante una experiencia que apenas comenzaba y la curiosidad por descubrir un mundo nuevo lleno de ilusiones y sorpresas.

El mango, la guayaba, el mamey ¡Qué delicia!, la “Pelota”, el Baseball, “¿cómo es posible que jueguen una cosa así, es que no conocen el fútbol o qué?” El contraste entre lo dulce y lo salado. Lo dulce y era muy dulce y lo salado muy salado. ¿Cómo comer arroz todos los días, día y noche? Si a mí no me gusta el arroz.

“Pioneros por el comunismo” gritaba un niño, todos los días, con la mano levantada a la altura de la frente, como un soldado, en los encuentros matutinos antes de entrar a las aulas y todos los niños, uniformados de blanco y púrpura, respondían: ”Seremos como El Ché” ¿Comunismo? ¿Cómo el Ché? Alguien sugirió “Seremos como El Uali.” Hubo quien confundió la foto del legendario Camilo, con el sombrero y la pistola de guerrillero, con un cartel de una película del oeste. ¿Cómo llegaron los negros a Cuba?, se preguntaba otro.

Cientos de anécdotas en la memoria de aquellos niños, que hoy muchos peinan canas.

Como están en la memoria los compañeros y amigos que ya no están, porque muchos de aquellos niños dejaron su vida, años después, en el campo de batalla defendiendo la libertad de su tierra.

A todo el grupo de aquel viaje mis mejores recuerdos.

Ebnu, 24 de septiembre de 2008


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El camión de coco




- Allí viene, allí viene un camión de coco,

gritó un muchacho que estaba fuera, en la carretera de asfalto que franquea la ESBEC[1] por el lado izquierdo en dirección a Gerona. La voz alcanzó el sótano de los dormitorios más cercanos donde un grupo de niños interrumpió una pelea entre dos compañeros de clase incitada por varios amigos del más fuerte de ellos y se precipitaron hacia la carretera. La llamada alcanzó a los que merodeaban por los alrededores de la cocina buscando algo que llevarse a la boca para aplacar su insaciable hambre de dromedarios. La noticia también alcanzó a los que estaban sentados en el pasillo central escuchando los chistes del encargado de la turbina y a dos que jugaban con embadurnar sus botas de tierra y deslizarse por el pasillo que hacía poco tiempo se terminó de limpiar.

Yo andaba buscando una pelota de béisbol hecha de harapos en las áreas verdes del lado de las canchas deportivas que se me había perdido el día anterior y atrajo mi atención un muchacho que se deslizó precipitadamente agarrado al pararrayos desde el techo del edificio hasta el suelo. Fui corriendo adonde se dirigió el chaval sin saber hacia dónde iba y cuando alcancé el final del edificio justo en aquél momento el camión asomaba su arrugado morro azul frente a la escuela. Y como quien conoce perfectamente el camino paró delante de la cocina de la escuela. Tocó el claxon. La puerta roja de madera se abrió y salió un hombre vestido de blanco, alto y huesudo. Sonrió con un cigarrillo en su boca postiza. Era el jefe de cocina, Héctor.

Sin mediar palabra lanzó una mirada en dirección al contenido del camión.

- ¿Qué hago yo con un camión de coco?, preguntó Héctor.

El conductor sentado todavía en su asiento llenaba unos papeles.

- Descárgalo por allí entre las matas, que los chicos les gusta comerlo por allí.

El chófer lo miró extrañado.

- Sí, sí, lo comen por allí, como siempre hacemos cuando viene el camión del melón - se excusó el cocinero para evadirse de una pesada faena en la cocina.

El conductor movió los hombros resignado, llevó su mano a la oreja derecha y sacó un cigarrillo Popular regado por el tibio sudor de su pelo y el cartílago de su enorme oreja. Lo encendió. Extendió un papel y lápiz a Héctor y este firmó la entrega. Arrancó y salió en dirección al campo, tomó la ruta de un camino estrecho de terraplén que conducía a la selva, pero no se alejó más allá de trescientos metros y paró el motor.

Como un batallón de niños corríamos tras el camión todos excitados y felices por llegar entre los primeros. En pocos minutos se formaron grupos y cada grupo ayudó a un chico o dos a trepar encima del camión para que les tirasen los cocos. Todo lo que fuera posible reunir, aún sin saber cómo los iban a abrir sin machetes ni cuchillos.

Llegué solo y no vi a ningún amigo ni tuve la suficiente sagacidad para juntarme con alguno de los grupos que ya se habían formado. Permanecí abajo vociferando a ver si alguno de los que ya estaban arriba me facilitase un coco. Los minutos pasaban y el contenido del camión se iba agotando. Y si al principio pensaba llevarme cuatro o cinco ahora ya me conformaba con un coco, solamente uno.

Una lluvia de cocos era lanzada desde el camión, en su mayoría era atrapada en el aire por la masa de improvisados porteros, sobre todo por la pandilla de chavales que hacía pocos minutos animaban una pelea debajo del sótano y yo los veía ávidos, seguían acumulando más y más. En pocos minutos habían apilado una montaña y lo celebraban con júbilo. Quizá sería mejor subir al camión, pensé, al constatar que nadie me iba hacer caso en medio de aquél caos de gritos y aluvión de cocos. Pero si subía perdería tiempo y a lo mejor cuando llegara habría terminado, mientras estaba sumido en mis especulaciones un coco aterrizó encima de mi cabeza, sentí cómo un dolor agudo en forma de onda surcaba mi cráneo de arriba hacia abajo e impactaba en mis dientes como una sólida explosión.

Desequilibrado avancé unos pasos hacia delante y otros hacia atrás como un borracho. Miré hacia arriba para ver quién ha sido. Los rayos del sol me cegaron y no pude adivinar si alguien se reía o encubría su fechoría. Me alejé del camión, el alboroto seguía y también la recogida hasta que se vació el camión. El conductor arrancó y se fue.

Se me quitaron las ganas de comer coco, por lo menos aquél día. Salí de allí con un nudo en la garganta. Triste y lleno de rabia. Tenía ganas de llorar por el golpe, por haber llegado entre los primeros y no saborear nada, por la impotencia de no saber quién fue el hijo de puta que me dejó consternado con aquél golpe y sin coco.


Limam Boisha

[1] ESBEC: Escuela Secundaria Básica en el Campo (Isla de la Juventud, Cuba)

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jueves, 16 de octubre de 2008

La Guerra sin Armas




A mediados de los años 80, el Frente Polisario dentro de su política dirigida a la lucha contra la analfabetización de la población saharaui en los campamentos de refugiados, realizó un combate de los más importantes de su historia, lejos del campo de batalla frente al ocupante marroquí. Se trata de la historia de un hecho sin precedente en la formación de las nuevas generaciones saharauis en el exilio.



Desde el inicio de la lucha armada el gobierno saharaui consciente de la importancia de la educación para el futuro de un pueblo, concentra sus prioridades en la educación y la salud de la población refugiada saharaui, paralelo a la lucha de liberación y la construcción por parte de las mujeres saharauis a un estado saharaui en los campamentos de refugiados, en una zona del territorio Argelino, prestado al pueblo saharaui hasta que consigue su libertad.


En estos campamentos las mujeres saharauis son el pilar de todo, mientras los hombres estaban en el frente del campo de batalla, ellas sin descanso días y noches, tenían sus propias batallas: la responsabilidad de los hijos y la construcción de hospitales, guarderías, escuelas y otras instituciones gubernamentales.



En estas escuelas que se han levantado para garantizar la educación a todos los jóvenes, se estudia la primaria y secundaria, luego el gobierno saharaui tiene que garantizar la continuación de los estudios de estos jóvenes en otros lugares fuera de los campamentos de refugiados, generalmente la mayoría van a Argelia, Libia y Cuba.


En los primeros años de la lucha de liberación, el pueblo saharaui aun no ha curado sus heridas resultado de los bombardeos de napalm y fósforo por las aviaciones marroquíes. El gobierno saharaui hace un llamamiento internacional para conseguir ayudas y primeros auxilios a la población refugiada saharaui.

Argelia abrió sus fronteras a la población refugiada saharaui y prestó su ayuda, Libia también colaboró de otra forma, pero en otro continente lejano había una revolución dispuesta a dar todo, para todos los pueblos del mundo que luchan por su libertad, sin cambio alguno, la revolución cubana. A partir de esta fecha, el gobierno de Cuba se ofrece a colaborar con el gobierno saharaui en todo lo que hace falta, empezaron a venir de Cuba a los campamentos de refugiados, médicos, enfermeros, ingenieros, agrónomos y maestros. Mientras que en Cuba, la revolución cubana preparaba escuelas para traer a jóvenes saharauis de los campamentos a estudiar en su país, como miles de estudiantes de otros países de áfrica.



En estos últimos 40 años, en Cuba se han formado más de 40 mil estudiantes de áfrica y América latina, de los cuales 30 mil eran estudiantes del continente africano, de países como: Angola, Mozambique, Gana, Burquinafaso, Guinea Ecuatoriana, Zambia, Yemen, Sudan y el Sahara Occidental, además de otros países latinoamericanos.

Se calcula que en Cuba, 40 mil estudiantes han estudiado en esta isla, la Revolución cubana no ha recibido ni un solo dólar Americano de parte de ninguno de los gobiernos de estos países, en cambio de la formación de estos estudiantes, teniendo en cuenta que la revolución cubana se encarga de ofrecer escuelas en su país, con todo los medios necesarios para crear los mejores condiciones para alojar a estos estudiantes.

Quiere decir, que en cada escuela que había, de las más de 67 escuelas extranjeras en la Isla de la Juventud, cada una cuenta con su propia dirección, su administración, su propio transporte, sus propios profesores, sus cocineros, su medico y enfermero, había todo lo necesario, para que estos estudiantes se encontraran en las mejores situaciones.


Muchos de estos jóvenes llegan desde una edad muy temprana, entre los 13 y 14 años, y pasen todo esto tiempo en Cuba estudiando, hasta que se gradúan en las universidades cubanas y luego vuelven a sus países, con diferentes especialidades. Mientras que estos jóvenes estaban estudiando en esta pequeña Isla del Caribe, en el mismo tiempo había miles de internacionalistas cubanos ejerciendo misiones de paz, en estos países de áfrica, y en algunos de los casos como Angola, murieron miles de cubanos luchando.

La batalla sin armas, no se trata de la batalla de Cuito Cuanavale en Angola, sino en otro lugar del norte de áfrica, en los campamentos de refugiados saharauis, el traslado de miles de jóvenes saharauis a cuba, en barcos y en aviones, el mismo caso que hizo la revolución cubana cuando tuvo que trasladar más de 30 mil soldados para Angola, con todo el secreto militar y la prudencia, por el éxito de esta misión militar.



En el caso de los campamentos es totalmente distinto, no hay nada que ocultar al enemigo, pero conociendo los escasos recursos de un pueblo refugiado en el exilio, que tiene que hacer una gestión de trasladar a miles de estudiantes del desierto a Cuba, creo que vale la pena compararlo con este ejemplo.



El próximo artículo tratará sobre el traslado de estos jóvenes saharauis, desde los campamentos de refugiados, y las distintas rutas de viaje para llegar a esta Isla en el Caribe, relatos basados en la experiencia personal de alguno de estos jóvenes Saharauis.



Brahim Cheij Breh

martes, 14 de octubre de 2008

Lluvias torrenciales afectan la wilaya de Smara en los campamentos de refugiados saharauis






Campamentos de Refugiados Saharauis, 13/10/2008 (SPS) Lluvias torrenciales han golpeado la wilaya de Smara, el domingo, causando daños materiales en las viviendas y en los “escasos” víveres de los ciudadanos y en otras construcciones como escuelas, hospitales e instituciones gubernamentales, declaró este lunes el ministerio saharaui del Interior en un comunicado.

Según el mismo comunicado, la mayor parte de los afectados han tenido que dejar sus viviendas destruidas y pertenencias para ponerse a salvo y pasar la noche en la intemperie, aunque no se ha registrado ninguna perdida humana según los servicios correspondientes.

Por otra parte, el ministerio del Interior saharaui expreso su gratitud por el sentimiento de cooperación y ayuda mutua mostrado por los ciudadanos de la wilaya de Smara para afrontar estas lluvias." (SPS)




sábado, 11 de octubre de 2008

DOS POETAS SAHARAUIS


El libro de poesía, de Limam Boicha


Limam Boicha y Luali Lahsan.

viernes, 10 de octubre de 2008

Tú también puedes relatar una historia

En el año 1997 cuando llegué a los campamentos de refugiados procedente de Cuba, empecé a trabajar en el Ministerio de Cultura, no es porque siento que tengo una faceta de intelectual, sino porque me propusieron trabajar ahí hasta que me encontraran una beca de cine.

Pasaron muchos años, y yo con las mismas ilusiones de siempre, ser algún día un cineasta saharaui, hasta que me di cuenta que todo era un sueño. Por lo menos dentro de este retorno aprendí muchas cosas nuevas y sobre todo conocí muchos amigos, la mayoría de ellos estaban trabajando en el Ministerio de Comunicación, (Radio Nacional Saharaui). Sinceramente de estos jóvenes aprendí muchas cosas que me han servido de mucho en mi vida cotidiana, su paciencia, su visión de las cosas, su intelectualidad y sobre todo su sencillez.

Lástima que la intelectualidad no se valora en mi sociedad, y lástima también que mi gobierno no supo aprovechar a estos jóvenes, resultado de ello poco a poco empezaron a emigrar a España. Aquí en esta tierra emprendieron nuevas rutas y experiencias en la vida, se convirtieron sin darse cuenta en los verdaderos embajadores culturales de nuestra causa, gracias a decenas de escritores y poetas solidarios, como en el caso del grupo de apoyo a la cultura saharaui, Suerte Mulana.

Hace más de tres años, tuve que acompañar a la ex ministra de Cultura Saharaui a la Universidad Autónoma de Barcelona en una visita, y a lo largo del recorrido de esta visita nos llamó la atención a los dos, una jaima saharaui montada en el centro de la universidad, al acercarnos por curiosidad nos encontramos con un joven saharaui de los que han estado trabajando en el Ministerio de Comunicación Saharaui, era el poeta Limam Boicha; nos comentó que había estado todo el día haciendo una charla sobre la cultura saharaui y haciendo al mismo tiempo la ceremonia del te, así también tuvo la oportunidad de presentar su libro de poemas.

Un joven sin recursos y sin medios económicos, pero con la voluntad propia supo a su manera divulgar la cultura saharaui en una Universidad de las más importantes de España.

La verdad nos dio a los dos una importante lección, de que no hace falta tener muchos recursos para difundir nuestra cultura. Posiblemente por la alegría, la fuerza, el deseo en esta lucha, me encuentro embarcado en este nuevo proyecto, el de estos dos blog:

http://saharamarathon-layuad.blogspot.com,

http://elporvenirdelsahara.blogspot.com

Mis más sinceros agradecimientos, y ojalá entre todos podamos hacer realidad nuestros sueños, ver pronto un Sahara libre.

Brahim Cheij Breh

Mi primer amor y el próximo combate


Aprender a apreciar el amor es cosa
De ambos, hombres y mujeres;
es abrir el corazón a cambio de recibir un abrazo
El amor es aprender a amar para ser amado
Es dar y recibir y llorar y reír, habrá de todo
Caminos cortos y otros más largos


En estos caminos largos llenos de fangos y oscuros
Yo sin equipaje ninguno salí en busca de mi propio amor
Solo me acompaña un consejo de una madre, cuyo rostro
Se envejece con los días, sin esperar a que los años pasen,
Que el amor no se oculta, se declara y en este camino,
la soledad no es falta de compañía
Si no es falta de luz en el alma


A la hora de andar sin sendero
rumbo al infinito, donde se abraza la tierra y el cielo
y donde el agua no es más que un espejismo
la primavera y el otoño no me conocen
La desesperación, el cansancio, la sed y el hambre
Han sido los únicos amigos testigo de mi fidelidad


De mucho andar y de tanta esperanza,
Y si solo se trata de caminar, ya es hora
de encontrarnos y abrazarnos, porque
hace mucho tiempo que he cruzado la mitad del camino
y no veo señales de tu rostro, y el camino se alarga
y aun no escucho los gritos de la libertad...


Igual se trata de los años, que cuando yo
caminaba en busca tuya, ellos sin perdon
Tambien caminaban en busca mía,
tal vez ya no me dejen ver tu rostro,
ni volver a escuchar tu voz,
ni el grito de la libertad
ni volveré a coger mi fusil...

Brahim Cheij Breih


miércoles, 8 de octubre de 2008

Estudiantes Saharauis se titularon como bachilleres

Leibib Enbarek Lebib,Nueva Gerona, “Me siento en deuda con Cuba y para saldarla mi mayor aspiración es llegar a ser un buen médico”, dijo a Radio Caribe Leibib Enbarek Lebib, uno de los 109 estudiantes de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD), que se titularon como bachilleres en el municipio especial de la Isla de Juventud en el curso escolar 2007- 2008.

El joven de 21 años llegó a esta parte de la geografía cubana con 14 para cursar la Enseñanza Media y Media Superior en el plantel Amistad Cuba-RASD, del cual egresó, además, con el reconocimiento de graduado más integral.

Visiblemente emocionado agradeció a Cuba y al Comandante en Jefe Fidel Castro la posibilidad que tienen hoy los jóvenes de ese país tercermundista de adquirir aquí una cultura general integral no sólo como seres humanos sino también como futuros profesionales, dispuestos a servir a su Patria.

Leibib Enbarek Lebib, figura entre los cientos de saharauíes que continuarán estudios universitarios en la Isla en cumplimiento de los acuerdos suscritos en la esfera educacional entre la mayor de las Antillas y el Frente POLISARIO.

Desde la segunda mitad de la década del '70, en la Isla de la Juventud se han formado decenas de miles de jóvenes de naciones de África, Asia y América Latina, quienes prestigian la educación cubana, reconocida por la Organización de las Naciones Unidas para la Ciencia, la Educación y la Cultura.

En el acto de graduación, celebrado en el cine teatro Caribe de Nueva Gerona, también recibieron sus títulos unos 800 egresados de las enseñanzas preuniversitaria y politécnica, en nombre de los cuales leyó el juramento Lianni Carrazana Azahares, la más destacada del actual año lectivo.

Expresan saharauíes solidaridad con los Cinco

En acto municipal por el Día Nacional de los Mártires Saharauíes y el aniversario 32 de la caída en combate del Héroe Nacional Uali Mustafá Sabed

Los cerca de 300 alumnos saharauíes que se superan en la escuela Cuba RASD de la Isla de la Juventud expresaron su solidaridad por los Cinco Héroes cubanos antiterroristas que sufren injustas condenadas en cárceles de los Estados Unidos. El pronunciamiento tuvo lugar durante la celebración del acto municipal por el Día Nacional de los Mártires Saharauíes y el aniversario 32 de la caída en combate de su Héroe Nacional Uali Mustafá Sabed.

Junto a dirigentes locales y estudiantiles, sus profesores y demás trabajadores del centro condenaron la decisión judicial de Atlanta de ratificar la condena a los Cinco, aunque determinaron que Ramón, Fernando y Antonio fueran sentenciados nuevamente por una corte en Miami.

Emotivo resultó el momento en que Rolando Romero Cortiña, de la Esfera Educacional de la UJC, y de Abdalahi Mohamed Chej, presidente de la Organización Continental Latinoamericana y Caribeña de Estudiantes entregaron la Medalla Cinco Héroes a Mariano Pérez García, Carlos Carmona Socarrás, Ariadna Cuza Milanés y Leh Bah Ahmed por su destacado desempeño solidario a favor de la liberación de Antonio Guerrero Rodríguez, Fernando González Llort, Gerardo Hernández Nordelo, Ramón Labañino Salazar y René González Sehwerert.

Leh Bah Ahmed Baba, presidente de la Federación Estudiantil de la Enseñanza Media en el plantel, agradeció la medalla y significó que antes de llegar a Cuba no sabía nada acerca de los Cinco Héroes, pero en la medida que fue conociendo de la vida de esos abnegados y valientes jóvenes que cumplen condena injusta en Estados Unidos por cuidar a su pueblo, sintió la necesidad de unirse a los cubanos en la lucha por su liberación.

“Nosotros los identificamos a ellos con nuestro Héroe Nacional Uali Mustafá Sabed –indicó Ahmed Baba--, quien murió un nueve de junio de 1976, y representa un símbolo para el pueblo saharauí. Coincidiendo este día con el cumpleaños 45 de Ramón Labañino Salazar, uno de los Cinco Héroes.

“En nuestra escuela tenemos constituido un Comité de Solidaridad con los Cinco como los muchos que existen en todo el mundo y entre las actividades que realizamos están los conversatorios, concursos, lectura de sus poemas y el envío de cartas, muchas de las cuales ya han sido respondidas.

Al dirigirse al plenario Malainin Hamadi Deihi, funcionario de la embajada de la República Árabe Saharauí Democrática en la Isla de la Juventud, recordó que cada nueve de junio evocan a El Uali, quien fue “el líder más grande en la historia del pueblo saharauí, político brillante, con cualidades humanas e intelectuales fuera de lo común cofundador del Frente POLISARIO y primer presidente fundador de la República Árabe Saharauí Democrática”.

Además agradeció a los cubanos por su generosidad y valiosa contribución en la formación integral de los alumnos saharauíes, como expresión de amistad entre dos pueblos hermanos.

lunes, 6 de octubre de 2008

Jóvenes saharauis: construyéndose un futuro en Cuba

Instructoras cubanas de arte interpretan una danza saharaui en el acto por el Día Mundial del Refugiado en la Escuela Amistad Cubano-Saharaui en la Isla de la Juventud, Cuba. ©ACNUR/A.Aragón
Refugiados Saharauis estudiantes en Cuba realizan la ceremonia del té durante el evento conmemorativo por el Día Mundial del Refugiado en la Escuela Amistad Cubano-Saharaui en la Isla de la Juventud, Cuba. ©ACNUR/A.Aragón




Cuando florece la ternura en silencio




El sol tiene manchas Como la luna.


Desde que se alza no quieren que nadie les mire la cara.


Los niños de mi tierra les miran desafiantes


y se ríen de su cara



El sol se levanta todos los días a la misma hora.


Yo también, pero a veces más tarde.


Camino tanto bajo el sol ardiente,


lloro tanto como cuando el cielo se enfada,


porque también los hombres del desierto lloran



Cuando siento que el sol se ríe de mí vuelvo a mi jaima


junto al té, amargo, dulce y suave, suave.


Pronto el cielo cierra sus cortinas y llega la noche.


Me rindo frente el sueño


como un soldado en un campo de batalla.


Duermo, duermo y sueño que estoy bajo otro cielo.



El maldito gallo canta como siempre.


Entra la luz del sol provocadora en la jaima.


Abro los ojos y veo que es el mismo cielo de siempre,


otra vez la rutina y el ritual de siempre.


Amargo, dulce y suave.


Vienen los amigos de siempre y se van


y vendrán otros y se irán.



De pronto el sol se rinde,


se esconde entre las nubes.


Como una mujer de mi tierra cuando se casa,


me quiere pero se esconde



Los niños salen de las jaimas


para limpiar sus almas bajo el agua de la lluvia


El desierto tiembla, llega la noche


Las estrellas tampoco están


Los niños se rinden y buscan el calor de la jaima.



La jaima está mojada como todas.


No habrá sueño esta noche, solo miradas.


Al amanecer el sol a la misma hora se levanta sonriente,


no tiene la culpa de nada.


Las jaimas vuelven a levantarse


Las miradas, las sonrisas, los ánimos y la esperanza


El desierto vuelve a ser lo mismo sin agua



Vuelvo yo a mi ritual de siempre Amargo dulce y suave.


El sol tiene manchas como la luna.


Los niños de mi tierra


les miran desafiantes y se ríen de su cara.


Brahim Chej Breih